Esta semana se está disputando una nueva edición de la tercera vuelta por etapas más antigua del mundo tras el Tour de Francia y el Giro de Italia. Hablamos de una carrera centenaria, con mucha historia y con 96 ediciones a sus espaldas. Sin embargo, a muchos les vendrá de nuevo si les decimos que estamos hablando de la Volta a Catalunya.
La ronda catalana es historia viva de este deporte, y nombres como los de Eddy Merckx, Jaques Anquetil o Miguel Indurain figuran en su palmarés. Año a año son más las figuras mundiales que apuestan por correr en suelo catalán. La nomina de participantes es absolutamente espectacular, y difícilmente se ve una carrera en todo el año ciclista con tanto nivel en lo que a partición se refiere. Pese a todo, y por raro que pueda parecer, la carrera dirigida por Rubén Peris no esta viviendo sus mejores días. La falta de patrocinadores, de medios y de infraestructura son algunas de las dificultades que tienen que superar año tras año los organizadores para sacar adelante la prueba. Los que vivimos intensamente este deporte, y tenemos la suerte de haber podido visitar en directo otras grandes carreras ciclistas nos sorprende todo un poco más. Acercarse a la línea de meta de cualquier etapa de la Volta te hacer dar cuenta de muchas cosas. Es suficiente con ver las pancartas, o las vallas de meta, desiertas prácticamente de patrocinadores. Dejadas en el olvido, sin explotar a nivel publicitario, como si de una carrera popular se tratara. Esto duele de ver y más si él que escribe estas líneas la siente como la vuelta de casa.
Sobre todo, duele porque todo esto dista mucho de lo que se puede ver en otras carreras. Tirreno Adriatico o Paris Niza, por raro que parezca se encuentran en el mismo nivel competitivo que la Volta a Catalunya. Sin embargo, sus recursos, sus patrocinios, su infraestructura y su repercusión a nivel mundial es mucho mayor. Sería estúpido lamentarse y quejarse sin preguntarse antes el por qué de todo.

La Volta es la única carrera a nivel World Tour que prácticamente no cuenta con inversores privados. Una conocida marca de cervezas, otra de bebidas isotónicas son prácticamente sus únicas fuentes de ingresos. El resto proviene de la Generalitat de Catalunya o de la televisión catalana. El presupuesto anual ronda el millón y medio de euros y con con tan poca apoyo y ayuda económica resulta complicado sacar todo esto adelante. Sorprende la falta tan grande de patrocinio y que tan pocas empresas apuesten por dejar ver su nombre a lo largo del recorrido. Hecho aún más sorprendente es el caso de por ejemplo el Banc Sabadell. Un banco catalán que presume con orgullo de crecer año tras año a nivel de beneficio y de activos, y que apuesta fuerte por el ciclismo con la Volta a la Comunitat Valenciana y la vuelta al País Vasco pero que sin embargo no se deja un duro en la carrera de casa. Alagar o entrar en motivos políticos o de movimientos sociales que se están viviendo en Catalunya serían la excusa fácil para muchos, pero de momento al menos nosotros vamos a mantenernos al margen y no mezclar como hacen otros deporte con política. La Volta esta en crisis. En una crisis en la que está inmersa hace años, y que cada año supera con la ayuda de los grandes protagonistas de este articulo: los voluntarios. Personas de todo tipo, especialmente jubilados que ponen su granito de arena, en cada cruce, en cada rotonda o en cada llegada para que la Volta siga haciendo historia y sumando más ediciones.
La Volta se encuentra tocada. Muy tocada. Esperemos que no esté tocada y hundida.
No hos preocupéis con la independència se arreglara este problema…
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Nos preocupamos por tu ortografía, se escribe OS 😉
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