La tecnología ha avanzado mucho en los últimos años con el fin de hacernos la vida un poco más fácil. El paso del tiempo es sinónimo de modernidad, de mejoras y todo a nuestro alrededor se ha mecanizado.
En el ciclismo hemos visto como años tras año, se introducía cada vez más la tecnología: pedales automáticos, cambio automático, pulsómetro, potenciómetro, pinganillos… Hemos pasado de un ciclismo simple y basado en las sensaciones, a un ciclismo muy mecánico, programado, donde los ciclistas se basan más en los números que en sus propias sensaciones.
Una de las últimas incorporaciones ha sido el pinganillo. Muchas han sido las opiniones al respecto desde que se introdujeron en el pelotón ciclista, hasta que la UCI ha aprobado su uso más allá de la categoría WorldTour.
Durante los primeros meses de uso, los ciclistas no terminaban de dar el visto bueno a tal incorporación, alegando que debido a su uso los equipos iban ciegos siguiendo las instrucciones del director y rodar en el pelotón tenía más riesgo.
Poco a poco le fueron cogiendo el gusto, llegando a rebelarse ante la UCI por la prohibición de su uso en pruebas de segunda categoría. Como ocurrió en el Trofeo de Palma, donde corredores y directores se plantaron en la línea de meta durante 10 minutos como queja por la prohibición.
La temporada 2016 comenzó con la novedad tan esperada por los equipos, el uso de los medios de comunicación -pinganillos- en las pruebas élite. Para los corredores más jóvenes e inexpertos es una gran ayuda, pero sobretodo para la contrarreloj. Las referencias, los ánimos y las instrucciones del director juegan un papel importante en esta disciplina. Sin embargo, los ciclistas han adaptado su forma de correr al pinganillo quedando indefensos cuando por algún motivo, no lo llevan puesto.
Que se lo digan a Moser cuando en la etapa 18 del pasado Giro de Italia se veía ganador ante un Brambilla inferior al sprint y por un despiste -se le cayó el pinganillo-, no vio cómo Trentin les sobrepasaba al doble de velocidad. Quizás si no dependiera tanto del pinganillo, habría estado atento y le habría visto venir.
Por lo tanto, la pregunta sigue siendo la misma, ¿es el pinganillo indispensable?
Este tema es único para ser resuelto por los corredores. Ellos se juegan la vida y y sus carreras… Ellos deben de opinar y decidir.
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