Van pasando los años y Carlos Verona (4 de noviembre de 1992, San Lorenzo del Escorial) sigue siendo uno de los ciclistas más jóvenes del pelotón español aunque, como el dice, se nota que van pasando los años. El madrileño, afincado en Andorra, cumple hoy 25 años con la mirada puesta en la próxima Vuelta a España, donde espera poder mostrar el nivel que este año no pudo exhibir por una serie de problemas de salud. Sin embargo, Verona no pierde el optimismo y encara la próxima temporada con mucha ilusión, en la que tratará de brillar con el maillot del Orica-Scott, un equipo «familiar y cercano». No se corta a la hora de dar su opinión sobre la reducción de corredores en las carreras y, como no podía ser de otra manera, da su opinión sobre la situación actual del ciclismo español y del relevo generacional.
¿Qué valoración haces de tu primera temporada completa con el Orica-Scott?
La verdad es que ha sido un año irregular. Al principio de la temporada empecé más o menos bien, con buenas actuaciones en la Vuelta a Cataluña, donde conseguí mi primer top 10 en una carrera World Tour, y eso es un punto muy positivo, pero es verdad que a partir de ahí el año se empezó a torcer. Empezamos bien, seguimos regular y acabamos mal en La Vuelta por diferentes motivos. La salud no fue la mejor durante el verano, con varios problemas respiratorios y por una cosa y por otra a final de temporada no rendimos bien.
Pese a llegar a tener que estar tomando antibióticos durante La Vuelta, ¿cómo valoras haber corrido el Giro de Italia y La Vuelta?
Es difícil valorar objetivamente porque me costó muchísimo disfrutar como me hubiera gustado de La Vuelta porque no estás bien. Ha sido la primera vez que he visto difícil acabar una grande, especialmente en la primera semana, pero es verdad que después fui mejorando. No estaba brillante, pero me vi bien para acabar. Por ello, valorar el doblete Giro-Vuelta es muy difícil pero creo que es algo que se puede hacer y que plantear el calendario así está muy bien, porque tienes la primera parte de la temporada muy enfocada al Giro, y después descansar y a La Vuelta. En condiciones normales, es algo que está muy bien hacer.
Mañana cumples 25 años. Pese a tu juventud, llevas ya seis años en el World Tour en dos equipos muy potentes. ¿Te sientes veterano pese a ser joven y tener todo el futuro por delante?
Todavía no. Pero si es verdad que, con el paso de los años, te das cuenta de que cuando vas a las carreras o a los campos de entrenamiento ya no eres el nuevo, sabes de que va todo, e incluso vienen los corredores jóvenes pidiéndote consejos… este año, de hecho, tuve anécdota: iba entrenando con Caleb Ewan, Alex Edmonson, Magnus Cort y Jack Haig y nos perdimos por ahí en unas carreteras en Francia y les dije, chicos, es por aquí y me dijeron: «¡menos mal que tenemos un veterano entre nosotros!» Y en ese momento pensé: «buff, es verdad que aquí soy el más mayor de los cinco». Te das cuenta de que el tiempo pasa y de que ya no eres el más joven, pero aún así, me siento en un punto intermedio. No veterano, pero tampoco el más joven del equipo o el pequeño.

¿Qué diferencias encuentras entre el Quick-Step y el Orica-Scott?
El Orica-Scott es un equipo mucho más familiar, más cercano, un equipo más abierto. El Orica es más moderno. El Quick-Step es un equipo un poco más tradicional, más grande, en el que hay mucha gente con la que coincides menos.
En lo que se refiere a 2018, ¿conoces tu calendario? ¿Qué te planteas? ¿Correrás el Tour de Francia, a sabiendas de que es muy complicado entrar en el equipo, y más ahora que se han reducido el número de corredores por equipo?
Me planteo recuperar el nivel del año pasado al principio de temporada, que es el que me corresponde por lo que trabajo y por lo que creo que tengo que ser. En cuanto al calendario, ya tenemos una primera idea: hay más papeletas de que haga La Vuelta, pero está por ver. El Tour de Francia es una carrera que quiero hacer algún día, pero como bien has dicho para estar ahí hay que hacer muchos méritos y ser un corredor muy completo y demostrar más regularidad, que es algo que no fui capaz de demostrar en La Vuelta. Tengo ganas de hacer una buena Vuelta el año que viene y ganarme los méritos para poder ir al Tour al año siguiente.
El año que viene llega Mikel Nieve, uno de lo mejores gregarios del mundo y un escalador excelente, al Orica-Scott. Supongo que estarás deseando correr con él. ¿Habéis hablado? ¿Te ha comentado algo?
Sí, ya estuvimos juntos en la concentración que hicimos en Varese después del Giro de Lombardia, y la verdad que muy bien. Es un chaval súper humilde, simpático y tengo muchas ganas de trabajar juntos y aprender de él. Además, tener a alguien que hable tu misma lengua siempre es un plus porque todo fluye mejor. Estoy muy contento de que esté con nosotros.

Una de las decisiones más polémicas que han tenido lugar últimamente en el mundo del ciclismo es la reducción del número de corredores por equipo. En las grandes vueltas pasará de haber nueve ciclistas a ocho por equipo, e incluso el nuevo presidente de la UCI ha dicho que le gustaría que en el futuro los equipos tuviesen tan sólo seis ciclistas en las carreras. ¿Qué valoración haces de todo esto? ¿Crees que de verdad aumenta la seguridad de los ciclistas, o que es un tema meramente económico que no va a influir en la seguridad de los corredores?
Sinceramente, creo que lo de la seguridad es una pantomima. Da igual que haya 100 o 200 ciclistas. Al final, las caídas suceden igual. Se lucha por la posición, y es algo normal. Caídas hay y habrá siempre. ¿El motivo de la reducción? Quizá se produzca para intentar que haya más espectáculo, para que las carreras estén más abiertas y un poco menos controladas. Por otro lado, creo que si se hace esto se deberían mantener los 200 corredores en las grandes vueltas, abriendo la participación a más equipos de categoría continental profesional, que al fin y al cabo es lo que le hace falta al ciclismo. Espero que se reconsidere la situación y que se den más wildcars para las vueltas por etapas. El ciclismo, al final, es un deporte que está hecho como está hecho y para que siga siendo sostenible no hay que reducir el número de equipos, que ya es un deporte lo suficientemente pequeño como para hacerlo más.
Hoy se ha confirmado que el Burgos BH, equipo en el que tú militaste antes de dar el salto al World Tour, será un equipo continental profesional en 2018, al igual que el Murias. Además, Alberto Contador tendrá un equipo en profesionales en la categoría continental y a todo esto hay que, por supuesto, sumar al Caja Rural y al Movistar Team, el único equipo español que hay en el World Tour. Parece que el ciclismo español va saliendo del agujero y os va tocando a vosotros encabezar este periodo, porque con la retirada de Contador ya sólo queda Alejandro Valverde de la vieja guardia del ciclismo patrio; parece que esta nueva era del ciclismo español está yendo acompañada de un aumento de los equipos, de los patrocinadores y de la inversión en el ciclismo en España. ¿Qué opinión te merecen todos estos hechos?
Este año, por fin, hemos tenido un paso adelante tras muchos años de pasos atrás en el ciclismo nacional, y me alegro. Pero creo que no basta con eso, tiene que haber una reforma por parte de la Federación Española de ciclismo, aumentar el calendario nacional y permitir que corredores amateurs corran con profesional, como se hacen en muchos países, como en Francia. Fomentar la categoría .2, el límite entre amateur y profesionales, y el calendario nacional, porque es cierto que tenemos más carreras y que poco a poco van creciendo, pero siguen siendo pocas. Hay que dar un calendario más amplio para que los equipos tengan una mayor exposición en España. Tenemos buenas noticias, pero tienen que estar acompañadas por parte de la Federación Española.
En lo que se refiere al relevo generacional, creo hemos recogido el fruto del trabajo que se hizo con la base en España durante años en los que el ciclismo era uno de los deportes rey, donde tampoco estaba tan globalizado como lo está ahora. Es normal que de las diez figuras del ciclismo mundial, tres o cuatro fueran españolas. Creo que, por desgracia, esto no sucederá a menudo, pero no es problema de que lo estamos haciendo peor aquí, sino de que el ciclismo se va globalizando y hay muchos buenos corredores. El ciclismo, hoy en día, no sólo es español, francés e italiano; en el siglo XXI es un deporte mundial, con sus pros y con sus contras.
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