Es imposible negar que con la llegada de internet de las redes sociales y de la creciente comunidad «healthy» el ciclismo ha sufrido grandes cambios. Unos cambios negativos para el futuro de este bonito deporte y para todos aquellos «healthys» que son poco más que unas simples marionetas a merced de una sociedad consumista y aún tremendamente clasista.
Las modas y los tópicos se aprovechan de la falta de personalidad de estas personas y se adentran en la mente de ellas como un juez implacable que les «obliga» a formar parte de un juego en el que ya están participando sin ni si quiera haberse dado cuenta.
El juego del «postureo» no requiere de inscripción previa y es a ojos de las grandes corporaciones el mayor juego y probablemente el mayor negocio del siglo XXI.
Unas marcas comerciales a las que millones y millones de personas están alimentando con sus hastags y sus etiquetas a coste cero. Unas mismas personas a quienes si les preguntas seguro que te dirán que su dignidad no tiene precio al mismo tiempo que aprovechan para sacar pecho.
Una situación de panacea absoluta para los negocios vinculados al mundo «healthy» que ni si quiera habrían soñado en sus mejores sueños. Un momento histórico en el que unos listos y habilidosos «influencers» se aprovechan del débil carácter de algunos para hacerles comprar lo que mejor les convenga según el momento.

Quinoa, roiboos, seitan etc… Sinceramente desconozco cuánto habrá subido la facturación del aguacate o el aumento de inscripciones a cursos de fotografía en los últimos 3 años pero seguro que nos daríamos con un buen canto en los dientes.
¿Porqué qué sentido tiene colgar una foto en instagram con un cocido de tu abuela, si puedes colgar una foto de un plato altamente proteico y saludable? o ¿Para qué colgar una foto en tu querido idioma si puedes hacerlo en ingles que siempre queda como más «cool»?
Pues ya os lo digo yo:
El sentido y la preocupación de querer impresionar y gustar al resto.
Con esto no quiero decir que cuidarse este mal. Al contrario. Es algo que deberíamos hacer todos y que en su justa medida es inmensamente beneficioso. Simplemente pretendo decir que si sales en bicicleta con los amigos o con tu pareja te preocupes más de mirar al frente y disfrutar del paisaje que de sacar el móvil para tras varios intentos fallidos conseguir la instantánea perfecta para Instagram. Suficiente tiempo pasamos ya con el móvil. ¿No crees?
Podríamos estar horas hablando de personadas influenciadas por la sociedad que ahora hacen yoga, comen saludable, no tienen televisor o a los que la semana que viene les dará por hacer otra cosa que consiga más «likes» o » me gustas», pero os aseguro que no os lo que pretendo. Ellos sabrán. Ellos decidirán si quieren seguir siendo un rebaño de ovejas o si prefieren disfrutar de la vida a su propia manera.

«Healthys»: Lo que simplemente os pide un servidor, quien se confiesa como un romántico empedernido de este deporte, es que al menos dejéis inmune a este deporte que siempre a presumido de tener guerreros/as y no marionetas.
O es que más bien resulta que en este mundillo no tienen sitio los ciclistas con bicicletas de menos de 4000 euros, con algunos quilos de más o sin una cámara de acción para subir a sus múltiples redes sociales?
Sin ánimo de ofender querido «healthy»: Apártate y déjalos pasar. Ellos llegaron antes que tu.
Después de todo, al menos, muestra un poco de educación.
Te dejas algo obvio en las fotos de estos «influencers»: Las denominadas pornobikers. Esas cuentas que solo muestran su lado más sexy para conseguir ser el centro de atención de marcas y «pajigrammers». Que una ciclista no saque fotos de ese estilo no significa que no sea femenina, que no se guste a sí misma, simplemente que esa «parte» la deja para su intimidad, que cuando sale en bici, sale a entrenar para luego dar resultado.Y creo que hoy en día la gente se vende muy fácil para unos simples calcetines. Te muestro una foto mega sexy los calcetines puestos (obviamente el usuario va a ir directo al escote y ni se va a dar cuenta de los calcetines que lleva) Y yo me pregunto: Instagram no es ya el Barrio Rojo de la Redes Sociales?
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