Resulta curioso que el ciclismo siga dando noticias (o al menos rumores) teniendo en cuenta que llevamos tiempo sin ver competición en directo y sabiendo también que aún nos queda otro tanto para que la acción esté de vuelta. Me imagino que no se hablaría tanto de según qué situaciones si estuviéramos “entretenidos” gracias a las carreras y lo que de por sí dan que hablar. Supongo que es normal, y es que en definitiva -y a pesar de estar en pleno mayo- nos encontramos en plena pretemporada, es decir, que a la práctica es como estar viviendo el noviembre ciclista, pero en plena primavera.
Hace unos días, el reconocido portal informativo “cyclingnews.com” anunció la posibilidad de que el británico Chris Froome saliera del equipo Ineos. Por lo visto, es incluso factible que esto se produzca a mitad de esta temporada. Parece que las fuentes son fiables, y se habla ya en concreto de varias estructuras que estarían dispuestas a contratarle. Al margen de lo curioso que sería ver a Froome con un jersey que no sea el de Sky/Ineos, el movimiento no dejaría de ser una incógnita para cualquiera si es que finalmente se diera el caso.
Es cierto que estamos hablando de un ciclista consagrado, pero también es verdad que sigue siendo una incógnita cuál será su rendimiento tras su grave lesión de hace casi un año y considerando también su evidente veteranía. Más allá de su recuperación, es innegable que lleva muchos años en la cima y que eso de ser el mejor nunca es para siempre. Al final, la naturaleza sigue su curso y el declive en el rendimiento, ya sea antes o después, acabará llegando.
Ineos podría hacer una jugada magistral si le dejara marchar, está claro que para ellos es un corredor más que amortizado y aún podrían sacar muchísimo dinero por él. Para el equipo que le reciba, la gran incógnita es la ya comentada: el rendimiento que puede ofrecer el corredor teniendo en cuenta su contexto personal y físico. Lo que está claro es que no será difícil de amortizar, y es que aunque ya no dominara el panorama como hasta hace poco, la rentabilidad que le daría a los patrocinadores a nivel de imagen podría ya compensar toda inversión realizada. Así que quizás podemos incluso pensar que todas las partes saldrían ganando.
Por otro lado, si pensamos en qué puede estar pensando el propio ciclista, entendemos que aunque diga estar en plenas condiciones, la sombra de la duda le andará persiguiendo. Sería lo normal. De contar con un equipo volcado al 100% por él como hasta hace poco, seguramente no habría dudas en seguir. Pero resulta que los últimos dos ganadores del Tour de Francia se encuentran en su equipo, siendo sobre todo uno de ellos un corredor con todo por delante y que ya se ha ganado los galones. Es justo, por tanto, que tanto Froome, como Bernal y como Thomas merezcan, de entrada, recibir la condición de ser considerados como líderes del equipo. Gestionar tres gallos en un mismo corral es complicado, porque todos quieren ser líderes y, por supuesto, todos quieren ir al próximo Tour de Francia con la intención de ganarlo. ¿Y quién les puede decir lo contrario?
Es cierto que en Ineos han sabido manejar este tipo de situaciones en el pasado (de algunas han salido más airosos que en otras), pero considero que lo de este año, teniendo en cuenta las incógnitas sobre el estado físico de Froome, sumado a las dudas en cuanto a la preparación de una temporada tan singular, hacen que la situación sea especialmente excepcional. Y al equipo no le convienen tensiones innecesarias. Por otro lado, “deshacerse” de un ciclista como Froome siempre le puede hacer creer a cualquiera que se está equivocando estrepitosamente.
Volviendo al punto de vista del propio corredor, el hecho de salir de un equipo tan potente puede acabar de dos formas muy distintas. Por un lado, podría sentirse liberado de presiones al no tener que compartir liderato con otro corredor, y así poder, con total tranquilidad (y gracias a un entero equipo a su disposición), sacar lo mejor de sí mismo. Aunque tampoco debemos olvidar que quizás en un nuevo equipo pueda llegar a sentir que aún tiene que demostrar y justificar lo que se ha pagado por él. Teniendo en cuenta su veteranía y su temple, dudo que esos pensamientos logren vencerlo.
Pero la innegable realidad es que, si bien no tendría que lidiar con otros líderes, eso también conllevaría que seguramente estaría acompañado de un equipo algo más débil. Yo no negaría jamás que Froome ha sido el más fuerte en todas sus victorias. Las primeras, hace años, fueron especialmente contundentes y rotundas. Pero el equipo le ayudó muchísimo en situaciones delicadas. Y es normal, para algo el ciclismo es un deporte de equipo, todo cuenta. Así que también resulta evidente que fuera de Ineos, por muy fuerte que sea el equipo al que decidiera marcharse, ganar se volvería una tarea algo más complicada. Ya no hablamos exclusivamente de edad, sino también de equipo. Está bastante claro que, a día de hoy, no existe una estructura con el potencial y el nivel de consolidación en el pelotón que tiene Ineos. Ahora bien, si nos centramos en pensar desde el punto de vista del espectador, seguramente aquí saldríamos ganando, y es que resulta muy atractiva la idea de pensar en Froome compitiendo ante su equipo de casi toda la vida.
Aquellos que, como yo, sean un tanto idealistas, tal vez compartan mi punto de vista. Yo creo que la estructura Sky/Ineos se lo ha dado prácticamente todo a Froome, y él a su vez también les ha devuelto toda esa confianza obteniendo los mejores resultados. Hasta ahora han sido un matrimonio prácticamente perfecto, así que yo no rompería con esa unión. Llegados al Tour de Francia, sería cuestión de dejar que la carretera dictara sentencia y aclarara las cosas por sí misma, pero estoy convencido de que Chris sabría cambiar su rol dentro de la carrera si viera que sus compañeros andan más fuertes que él. Es un caballero y siempre ha sabido decir las palabras justas en el momento indicado, del mismo modo que también sabría correr de la manera más justa y honesta para su equipo, porque además él ama con profundidad este deporte y su profesión. Además, sería muy bonito y especial ver a todo un campeón como él pedaleando en favor de los intereses de un compañero. Ésa no dejaría de ser también una de sus mejores victorias. A nivel personal, tal vez sería la mejor.
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